lunes, 4 de octubre de 2010

3 de octubre

3 de octubre, un día cualquiera de un mes como otro de los doce anuales, pero ayer era la fiesta de muchos pueblos, se celebraba la Virgen del Rosario, de entre todos los pueblos también era la fiesta del mio, Navamorales, un pueblo perdido al sur de Salamanca, no tiene nada de particular, simplemente es mi pueblo. Recuerdo además esa fiesta, era lo que esperabamos todos los niños del pueblo, ese era día de estreno, los zapatos, quizá un pantalón o jersey, que sé yo..., era un día de ilusión para los niños que corriamos a misa con los "majos"  para ver a las chicas y para compararte con los amigos. Era dia de despilfarro, bien entendido, ese día nos podiamos gastar un duro (cinco pesetas), para nosotros un mundo, estabamos creciendo con la miseria de los sesenta, no teniamos absolutamente nada, nada de nada, ni material ni mucho menos espiritual o intelectual, viviamos en la más miserable de las pobrezas, aquella que no hacía crecer en los niños la inquietud, la curiosidad, el interés por descubrir otros mundos, eran los tiempos del catecismo del padre Astete, de la enciclopedia Alvarez, de la leche en polvo americana. Fue una infancia feliz porque no teniamos necesidad de otro mundo que aquel en el que cada día nos encontrabamos, de ahí que cada primer domingo de octubre me lleve aquella infancia y a la ilusión de la llegada de la fiesta del pueblo. Siento en este primer domingo de octubre una rancia nostalgia.

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